Los docentes deben de ser los gestores del talento

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Resumen de la entrevista en la Revista Consumer (10.12.2010)
 

Hay momentos en la vida en los que tenemos dificultades que nos provocan un nudo o angustia, una conversación interna que nos impide llegar a nuestro objetivo. Es en ese momento, con la asistencia de un coach, como si de un truco de magia se tratase, cuando el nudo se deshace. El coach empondera, es decir, muestra una serie de herramientas, como el cambio de observador, para ser capaz de relativizar, enseña la escucha para dejar a un lado los juicios personales o destaca la aceptación para ser conscientes de las creencias que nos acompañan. En definitiva, proporciona un plan de acción para organizar las ideas y la toma de decisiones, para avanzar hacia un objetivo.

 


«Con el coaching se aportan fortalezas que hacen que los alumnos se desarrollen en un ambiente motivador»

«El coach no aconseja al estudiante, ni le hace ver su punto de vista. Su función es acompañarle en su proceso de aprendizaje y aceptar a cada uno como es. De este modo, el alumno saca lo mejor de sí mismo para su desarrollo personal y mejora su rendimiento».

«El profesor debe ser capaz de escuchar sin prejuicios y ponerse en el lugar de cada uno»

«La enseñanza no ha de ser igual para todos, no tiene que funcionar como una educación de mínimos, sino de máximos, donde se dé más al estudiante que más lo necesite».

«Los docentes deben ser los gestores del talento de sus alumnos y para conseguirlo es necesario que tengan, ante todo, vocación por la enseñanza, ilusión por transmitir conocimiento y ganas de acompañar a sus pupilos en el periplo de aprendizaje».

«El profesor tiene que partir del punto de que sus alumnos son perfectos, que deben ser aceptados como son, con sus capacidades, con sus intereses, con sus dudas. El factor que menos favorece a un profesor para actuar como coach es el elevado número de estudiantes por clase».

«Con el coaching, el estudiante se siente considerado, escuchado, útil, se aumenta su autoestima y se le motiva para dar lo mejor de sí mismo».

«En el fracaso escolar, los estudiantes son las víctimas, pero los adultos -tutores, profesores y padres- somos los culpables de que lleguen a esa situación, los responsables de los resultados de los alumnos. Por eso, debemos ocuparnos en lugar de preocuparnos, es necesario que aceptemos a los alumnos como son y les ayudemos a encontrar su camino para el éxito».

«Saber que van a tener una persona a su lado que les acompañará a encontrar su camino, que les guiará hacia sus metas, les hace sentirse muy ilusionados y agradecidos».

«Todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos para sentirnos bien y para que otros nos reconozcan»

Esto es parte de la entrevista de la Revista Consumer, sección Educación http://www.consumer.es/web/es/educacion/escolar/2010/12/10/197577.php

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