Cuando sientas que no tienes tiempo por la cantidad de cosas a realizar o que no sabes por dónde empezar, invierte en tí el tiempo necesario para distinguir qué es importante y qué urgente, clasificando tus prioridades.
Puede que te ayude lo que te propongo: Haz una lista de cosas que tienes o debes o quieres hacer. Al lado de cada apunte que escribas, define la fecha de cuándo quieres o debe estar hecha. Para que te sea más dinámico, puedes poner una tarea subdividiéndola en tareas más pequeñas, como por ejemplo: HACER DEPORTE, lo puedes dividir en: organizar y pensar qué tipo de deporte quieres hacer; ver dónde lo vas a hacer; si tienes que hacer otras cosas antes, como ir al médico, diseñar una dieta, un circuito, … De esta forma tendrás más tareas, pero todas serán más asumibles porque cualquier tarea requiere unas necesidades y una organización.
y urgentes. Las importantes tiene que ver con las consecuencias contigo u otras
personas. Las urgentes con el tiempo. Prioriza las que son importantes para ti.
Las otras, valóralas y piensa si son necesarias. Empieza por las
importantes y valorar si las urgentes pueden bajar de prioridad.
tareas. Y visualiza cuáles dependen de ti en un 100% y cuáles dependen de otras personas o compartes la responsabilidad, cuantificándola.
tipo de esfuerzo que requiere cada tarea, distinguiendo entre difícil, moderado
o fácil.
clasificar tus tareas. Y piensa en aquellas que puedes delegar.
tienes que actúar y establecer tu plan
de acción.
También puedes usar la tabla de la imagen para ayudarte a establecer cuáles son las importantes y cuáles las urgentes. Lo mejor es empezar por las tareas Importantes,
pero No urgentes. Así tendrás mayor control de tu tiempo y de tu agenda. También recuerda
que lo que NO es importante para ti,
no debe crearte problemas de culpabilidad. En otro post hablaremos de cómo
aprender a decir No o qué es la asertividad.