demás en su mejora y crecimiento, y aún, mucho más, si se tienen retos que alcanzan el desarrollo del maestro, del líder.
profesor se deja llevar por sus expectativas de tener un curso modelo que atienda y comprenda lo que se dice en clase, que cumpla con sus deberes
de estudio, .. que sea constante y tenaz, en definitiva … que vaya solo, que no dé problemas. En estos casos, pocos por cierto, el profesor desempeña una labor de guía, de transmisor de conocimientos, porque sus alumnos absorben como esponjas, estudian e interiorizan. En este tipo de cursos es satisfactorio para el profesor, sentir que se cumplen los objetivos. Sin embargo, un curso predecible hacia la tranquilidad, instala al maestro en su caja de confort.
Cuando salimos de los límites de ese espacio imaginario, cuando nos enfrentamos a las incertidumbres, es cuando aprendemos, nos desarrollamos y por tanto crecemos. La verdadera y satisfactoria labor
de la enseñanza se encuentra allí donde los alumnos nos lo hacen un poco diferente
a lo que habíamos soñado y donde podemos prestar nuestros conocimientos y profesionalidad.
A través de las competencias que descubrimos en los cursos de Coaching Educativo, aprendemos distinciones que nos hacen tomar impulso para analizar: un problema de un reto, un fracaso de un error; transmitir a enseñar; entender a comprender; conocer a investigar; seguir a elegir; preocuparse a ocuparse ..
Es un reto para los profesores alcanzar
y progresar de forma excepcional hacia los objetivos, pero lo es mucho más, observar
la cara de satisfacción de nuestros alumnos cuando descubren lo que les falta
para alcanzar sus objetivos. Ayudando a los demás somos cooperadores de su felicidad y, por tanto, de la nuestra.