Las relaciones personales se miden por los vínculos y los valores que nos unen o nos alejan entre las personas. Estas relaciones pueden ser por familiaridad, por amistad, por trabajo, por cercanía, por lejanía, si es que la conocemos por la prensa, redes sociales, etc. ….. Y juzgamos que una persona es confiable por su comunicación verbal o no verbal que nos facilita las señales propias para poder decir que es una persona en la que se puede confiar. Estas pistas se basarán en esos valores que nos generan un juicio, el de la confianza..
El juicio de la confianza sólo es posible si se sustenta en los tres pilares, el de:
Por ejemplo, … juzgo que mi vecina es de confianza y le puedo dejar a mi mascota porque sé que ha tenido y tiene mascotas desde hace muchos años (credibilidad), porque es muy cariñosa y cuidadosa con los animales (competencia) y porque juzgo que lo que me cuenta y me muestra a través de su comunicación es verdad (sinceridad).
Cuando uno de estos tres pilares falla (la competencia, la credibilidad y la sinceridad), podemos afirmar que no hay confianza; y por tanto no consideraremos a esa persona confiable.
La buena noticia es que la confianza se puede restaurar. ¿sabrías cómo?