Recientemente, España ha sido golpeada por una devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), conocida anteriormente, como «gota fría». Este fenómeno meteorológico se ha producido a finales de octubre del 24, en la zona del levante, como la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Andalucía y Cataluña, donde ha causado grandes pérdidas humanas y materiales. Han pasado más de 12 días y aún no se tiene el dato exacto de fallecidos, y los daños en las propiedades e infraestructuras son muy significativos.
Ante estas adversidades, hay herramientas para tratar el bienestar emocional de los afectados, como son la psicología y el coaching.
La psicología se centra en tratar los traumas y el estrés postraumático que pueden surgir tras eventos catastróficos. Los psicólogos ayudan a las personas a procesar sus experiencias, entender sus emociones y desarrollar estrategias para superar el dolor y la ansiedad. Este enfoque es fundamental para aquellos que han sufrido pérdidas significativas o han estado en situaciones de alto riesgo.
El coaching, por otro lado, se enfoca en el presente y el futuro. Parte de lo que somos y hemos vivido para encontrar las herramientas que nos impulsarán hacia adelante. Un coach puede ayudar a las personas a identificar sus fortalezas, establecer metas, desarrollar un plan de acción de estrategias y dar un apoyo continuo de acompañamiento para enfrentarse a los desafíos. Este enfoque es especialmente útil para aquellos que buscan recuperar su sentido de propósito y dirección, tras la adversidad.
En resumen, tanto la psicología como el coaching son herramientas valiosas para combatir las secuelas emocionales ante un desastre. Mientras la psicología aborda los traumas del pasado, el coaching se centra en construir un futuro resiliente y esperanzador.