¿Eres de los que escuchas o de los que oyes?

Cuando nacemos nos enseñan a andar, a hablar, … pero no nos enseñan a escuchar. Nacemos con la capacidad biológica de oír y pensamos que con ello lo entendemos todo. Somos nosotros, a través de la experiencia los que convertiremos los sonidos, percibiéndolos por el primer conocimiento de las impresiones que comunican con nuestros sentidos, en palabras o sonidos interpretándolas. Por ejemplo, si oímos a un perro ladrar, hasta que no vemos el perro como ladra (o alguien nos lo explica), no identificaremos que ese sonido es un ladrido. Por tanto podemos decir que la Escucha biológica es la capacidad que tenemos los seres humanos al nacer de percibir e interpretar.
Sin embargo con esta escucha no podemos decir que sabemos Escuchar. La acción de Escuchar es mucho más compleja. Es poner toda la atención necesaria para comprender lo que la otra persona nos está contando. Por tanto, cuando prestamos atención y escuchamos a través de nuestros sentidos, es cuando denominamos a la escucha como Escucha Activa.
Entre medias hay muchos tipos de Escucha, como la Escucha Fingida, que no hace falta explicar porque todos, en algún momento dado, la hemos practicado. Otra, la Escucha Selectiva que es cuando conectamos con nuestro interlocutor al decir en su discurso alguna palabra que tenemos muy presente porque hay algo que nos preocupa o nos interesa. Por ejemplo, cuando estamos en clase y desconectamos, sin embargo si hablan algo de … ésto entrará en el examen, nos activará la parte del cerebro que nos avisa que nos interesa porque la palabra examen es algo que nos preocupa. Otro tipo de escucha es la Escucha Previa, con la que juzgamos antes de escuchar nada. Es decir, hacemos juicios de su forma de vestir, creemos conocerlo simplemente por lo que nos han contado otros, del tono de su discurso, etc …, de tal forma que ya estamos predispuestos a saber lo que nos va a contar antes de que nos lo comunique.
Sin embargo, hay una escucha mucho más significativa, aquella que llamamos Escucha Empática.  La empática se distingue de la activa, porque además de prestar atención al discurso, de escuchar a través de los sentidos, es cuando nos ponemos en el lugar de la persona, sintiendo lo que ella siente, escuchando lo que nos está expresando con sus palabras, su emoción y su cuerpo.
¿Hay más tipos de escucha? Efectivamente. Todos podemos aportar más escuchas. Y ¿hay trucos para aprender a escuchar? Si los hay pero eso será otro cantar.

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